jueves, 25 de junio de 2009


JURAMENTO HIPOCRÁTICO


“Juro por Apolo, el médico, por Higia y Panacea, y por todos los dioses y todas las diosas a cuyo testimonio apelo, que yo, con todas mis fuerzas y con pleno conocimiento, cumpliré por entero mi juramento: que respetaré a mi Maestro en este arte como a mis progenitores, que partiré con él mi sustento y que le daré todo aquello de que tuviese necesidad; que consideraré a sus descendientes como a mis hermanos corporales y que a mi vez les enseñaré sin compensación y sin condiciones este arte; que haré partícipes de la doctrina e instrucciones de toda la disciplina en primer lugar a mis hijos, luego a los de mi Maestro y a aquellos que con escrituras y juramentos se declaren escolares míos, y a ninguno fuera de éstos”.
“En lo concerniente a la curación de los enfermos, prescribiré la dieta más conveniente a mi juicio y mantendré alejado de ellos todo daño y todo inconveniente. No me dejaré inducir por las súplicas de nadie sea quien fuere, a administrar un veneno, ni a dar un consejo en semejante contingencia. No introduciré una prótesis en la vagina a ninguna mujer para impedir la concepción o el desarrollo del niño. Consideraré santas mi vida y mi arte; no practicaré la operación de la piedra, y cuando entre en una casa será sólo para bien de los enfermos, y me abstendré de toda acción injusta, y no me mancharé por voluptuosidad con contactos de mujeres o de hombres, de libertos o esclavos. Cuanto viere u oyere durante la cura o fuera de ella en la vida común lo callaré y conservaré siempre como secreto, si no me es permitido decirlo”
“ Si mantengo perfecta e intacta fe a este juramento, que me sea concedida una vida afortunada y la futura felicidad en el ejercicio del arte, de modo que mi fama sea alabada en todos los tiempos; pero si faltare al juramento o hubiese jurado en falso, que ocurra lo contrario”.
Hipócrates de Coss, S. V a. C.

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